Hoy es un día de celebración y reflexión para toda la familia que conforma el periódico digital El Estado. Cumplimos dos años de navegar un mar de retos y desafíos, logrando grandes avances tanto en el ámbito profesional como en el financiero. Y no es una metáfora ligera: estamos, como el estado de la materia, sólidos y firmes en nuestros grandes propósitos y metas para los próximos años que se aproximan.
La elección del nombre, El Estado, es un acierto digno de mención y aplauso. Felicito a mi hermano, Yissus Taveras, por pensar en un nombre tan comercial, potente y resonante; una visión que ha sido validada y expresada por grandes personalidades de la vida política, empresarial, deportiva y artística. Un nombre que evoca inmediatez, situación y, sobre todo, la condición actual de los acontecimientos.
En estos dos años, nuestra plataforma digital nos ha permitido conocer y estrechar lazos con grandes amigos y colaboradores. Han sido un apoyo incondicional, una red de afectos y profesionalismo que no nombraremos por temor a omitir a alguien (pues, sinceramente, no cabrían en una cuartilla de 8 y medio por 11), pero que deben saber que su respaldo es el motor silencioso de nuestro trabajo diario y por el cual estaremos siempre profundamente agradecidos.
El Estado siempre será un medio apegado a la moral y a las buenas costumbres, un faro que guía al lector a enriquecer sus conocimientos sobre el estado de las noticias en el país y el resto del globo terráqueo. Entendemos que nuestro rol va más allá de reportar; es fomentar un ciudadano informado, crítico y participativo. En un ecosistema informativo cada vez más polarizado, nuestro compromiso con la objetividad balanceada y la verificación de datos es la piedra angular de nuestra credibilidad. No transigiremos en la calidad para ganar la carrera de la inmediatez efímera.
Agradecemos profundamente a las instituciones públicas y privadas que nos han brindado su apoyo, el buen trato, una sonrisa y las buenas vibras para recordarnos por qué es importante levantarse cada mañana, tomar nuestra cámara, micrófono y salir detrás de la información. Cada día, más puertas se abren para conocer al periódico El Estado, lo que nos permite no solo crecer como medio, sino también colaborar activamente con instituciones sin fines de lucro, ya que la parte humana y el compromiso social son, para nosotros, tan importantes como la primicia editorial. La nobleza de la labor periodística radica en su capacidad de ser voz para los que no la tienen y motor de cambio social.
Visión de Futuro: De lo Digital a la Influencia Duradera
El camino recorrido ha cimentado nuestra filosofía: ser un medio ágil en la era digital, pero con la profundidad y el rigor del periodismo clásico. La meta no es solo mantenernos, sino expandir nuestra influencia, invirtiendo en nuevas tecnologías y en la formación continua de nuestro equipo para adaptarnos a las narrativas del mañana. El Estado aspira a ser el termómetro de la sociedad, no solo un narrador.
Un Compromiso Sostenido con la Comunidad
La confianza de nuestros lectores y anunciantes es nuestro mayor capital. Mirando hacia el futuro, renovamos nuestro pacto con la verdad, la ética y la transparencia. La solidez que hoy celebramos es un trampolín para los próximos desafíos, asegurando que El Estado seguirá siendo una plataforma robusta y esencial en la formación de la opinión pública.