A casi dos meses del colapso del puente de Don Juan, ocurrido durante las intensas lluvias de septiembre y que trágicamente cobró una vida, la paciencia de los residentes comienza a agotarse. La caída de esta estructura, que es la principal conexión entre las comunidades de Yamasá, Peralvillo y otras localidades con el resto del Cibao y el Nordeste, ha dejado a decenas de comunidades rurales incomunicadas en Monte Plata.
El impacto ha sido grave, afectando la producción agrícola, el comercio y la movilidad estudiantil. Los residentes confían en que el Gobierno brindará una solución, pero demandan acción inmediata: la habilitación urgente de pasos provisionales seguros para vehículos livianos y pesados.
Rechazo a la Improvisación y el Impacto Económico
La comunidad ha expresado un amplio rechazo al anuncio del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) de reconstruir el puente utilizando parte de la base original. Los pobladores temen que esta "solución a medias" repita los errores de la estructura previa, la cual fue construida en los años 50, arrastrada por el huracán Georges en los 90, y siempre estuvo expuesta al desbordamiento del río Ozama.
–Impacto en la Movilidad: "Necesitamos ese puente. No podemos dar la vuelta de casi 50 kilómetros para conectar Don Juan con Yamasá", expresó Enercido de los Santos, residente del municipio.
–Sostén Económico: Hatuey Alcántara Antonio, comerciante de la zona, hizo un llamado al presidente Luis Abinader para que atienda la obra, señalando: "Este puente es el sostén de la agricultura, la educación y el comercio entre nuestros pueblos”.
Un Eje Clave de la Producción Nacional
La desesperación de la población está justificada por el alto valor de la producción local. Esta zona es vital para el país, pues produce uno de los cacaos orgánicos más codiciados del mundo, además de cosechas significativas de piña, limón, chinola, yuca, leche, carne y víveres de alta calidad.
El funcionario Anderson de los Santos reconoció la desesperación de la población por el impacto económico del colapso, y aseguró que el presidente Luis Abinader está informado de la situación desde el primer momento.
Exigencia de una Obra Definitiva
Los residentes insisten en que la solución debe ser una obra definitiva y segura, construida con estándares modernos y adaptada a las condiciones del caudaloso río Ozama. Para garantizar la estabilidad, proponen desplazar los aproches entre 25 y 50 metros.
"Esta tragedia debe ser una lección. No queremos más vidas perdidas ni improvisaciones. Exhortamos a las autoridades a actuar con sensatez y construir una obra que resista el paso del tiempo y las fuerzas del río”, concluyó el sentir comunitario.