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La desaparición de la Unión Soviética; Origen de la guerra Rusia-Ucrania

El Estado

Estados Unidos empezó a sembrar la semilla del odio y la división, patrocinando a líderes con dinero y bienes que los convirtieron en prisioneros de los intereses estadounidenses.

A partir de la caída de la Unión Soviética desapareció el otro polo que permitía un equilibrio de los poderes mundiales. Se creyó que, con la desaparición de la Unión Soviética, el mundo tendría paz, tranquilidad y unión. Sin embargo, el problema no estaba solo en la existencia de la Unión Soviética; el sistema internacional estaba profundamente contaminado.

Al desaparecer la Unión Soviética, muchos países quedaron en libertad, liderados por figuras ansiosas de poder y de demostrar su capacidad para tomar decisiones en beneficio de sus pueblos o en su propio interés. Estos nuevos actores quedaron como agentes libres, y la mayoría fue firmada por la OTAN, reclutados para jugar del lado occidental. Esto dejó a Rusia reducida, según el criterio de Estados Unidos, que dirige a los países de la OTAN para sus propios beneficios.

Así comenzó el juego. Estados Unidos empezó a sembrar la semilla del odio y la división, patrocinando a líderes con dinero y bienes que los convirtieron en prisioneros de los intereses estadounidenses. Por esta razón, cuando los líderes europeos toman decisiones, parece que no lo hacen por mandato de sus pueblos, sino bajo la influencia de Estados Unidos. Alemania, por ejemplo, se ha convertido en una base aérea y militar de Estados Unidos, que ayudó a convertirla en una potencia industrial y económica, siempre que esto sirviera a sus intereses.

Europa se ha convertido en una ficha del ajedrez norteamericano, movida de acuerdo con los intereses estadounidenses. Cuando esos intereses están en juego, no importa lo que haya que hacer. Si es necesario destruir un país entero, lo harán, justificándolo con la necesidad de derrocar a un líder dictatorial, aunque esto cueste miles de vidas. A esto se le llama un mundo basado en reglas, reglas no escritas que se aplican según convenga a los intereses del momento.

A partir de lo expuesto, todas las fichas americanas fueron usadas para que Ucrania se convirtiera en otra ficha contra Rusia y fuera miembro de la OTAN, permitiendo así el despliegue de armas a lo largo de una extensa frontera de 2.295,04 kilómetros, de los cuales 1.974,04 son terrestres y 321 son marítimos. Por esta razón, desde 2014, las regiones prorrusas de Ucrania han sido intervenidas militarmente por el gobierno ucraniano pro-OTAN.

El Euromaidán, una serie de manifestaciones y disturbios de índole europeísta, independentista y nacionalista en Ucrania, comenzó el 21 de noviembre de 2013 con grandes protestas en la Plaza de la Independencia en Kiev. Este movimiento culminó con el derrocamiento del presidente ucraniano prorruso Víktor Yanukóvich, marcando el inicio de la influencia estadounidense y sus aliados en Ucrania.

Estos eventos provocaron un levantamiento armado en las regiones del este de Ucrania, donde las fuerzas separatistas prorrusas del Donbás proclamaron la República Popular de Donetsk y la República Popular de Lugansk. Los acuerdos de Minsk y Minsk II, negociados con la garantía de Francia y Alemania, intentaron poner fin al conflicto, pero según la canciller alemana Angela Merkel, estos solo fueron un juego para ganar tiempo y preparar al ejército ucraniano con el apoyo de la OTAN, el G7 y la Unión Europea.

Esto culminó en la intervención militar de Rusia en Ucrania en febrero de 2022, resultando en miles de muertos, destrucción y la debilitación económica de Europa debido a las sanciones impuestas a Rusia, que ha salido fortalecida económicamente a pesar de todo.

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