No importa si es un mambo bailable o basado en el romantiqueo, si es un merengue fino o callejero, si el cantante es malo o muy bueno. No importa si el merengue después de los instrumentos esenciales, lleva acordeón o guitarra, merengue es merengue y lo demás es teoría.
Un ritmo que ha tenido grandes interpretes provenientes de los pueblos y barrios más importantes del país, quienes han llevado con orgullo la dominicanidad ante el mundo.
Es mucho lo que se habla del aporte cultural realizado por las orquestas de Juan Luis Guerra, Wilfrido Vargas, Fernando Villalona, Fefita la Grande, Cuco Valoy, Johnny Ventura, El Prodigio, Miriam Cruz, Peña Suazo, Pochy Familia, Milly Quezada, Omega, Diomedes Núñez, Kinito Méndez, Tulile, El Conjunto Quisqueya, Julián Oro Duro, La Artilleria, The New York Band, Eddy Herrera, Tierra Seca, Silvio Mora, Mala Fe, Raúl Oro Sólido, Amarfis, Rubby Pérez, Ramón Orlando, Jossie Esteban, Toño Rosario, Sin Fronteras, Pablo Martinez, Héctor Acosta, Sergio Vargas, El Jeffrey, Nelson de la Hoya, Los Hermanos Rosario, Manny Cruz, Bonny Cepeda, José El Calvo, Alex Bueno, entre otros pilares, pero es tiempo de resaltar los merengueros de Santiago.
Así como impactaron a la sociedad dominicana y extranjeras esas estrellas mencionadas, es momento de hablar de los merengueros del Cibao, una generación que está sustentando el merengue con altura y responsabilidad; ellos están sacando la cara por la música que pone a bailar hasta el más introvertido.
Escuchar la variedad de colores musicales en cada merengue de Banda Real, Urbanda, Grupo de Ahora, El Rubio del Acordeón, El Blachy, Robert Liriano, Kerubanda, Maria Diaz, Raquel Arias, La Barbie del Acordeón, La Princesa del Acordeón, La Doncella del Acordeón, Krisspy, Yovanny Polanco y El Prodigio, es conectarse con una música que está cuidadosamente elaborada, tomando en cuenta cada detalle en sus arreglos, la calidad de la música y sus exponentes.
La esencia de la cultura dominicana, a través del ritmo que pone a bailar el mundo, hoy se mantiene en el gusto popular gracias a los músicos y cantantes del Cibao, responsables de que nuestro merengue continúe siendo la música favorita de los dominicanos.
