X

Una historia de campo

El Estado

Una noche preparó la nave y esperó la madrugada para realizar el servicio contratado; al comenzar la jornada, el viento comenzó a soplar un poco más fuerte de lo acostumbrado, y en la medida que más avanzaba el viento, también soplaba más fuerte. El terratenientes estuvo un tanto complicado, pero al final pudo realizar su malévola hazaña.

Hubo una vez un terratenientes que tenía un vecino con una parcela muy próspera igual que la suya, ambos mantenían la finca muy limpia y fértil; las dos parcelas eran la envidia de la comunidad, ya que hasta en sus sueños se entregaban al cien por ciento al mantenimiento y sembrado de sus tierras.

Los dos agroempresarios tenían una rivalidad incesante y progresiva: cuando uno de ellos hacía algo, el otro multiplicaba su esfuerzo, hasta que un día, uno de ellos le llegó la súper idea de boicotear el trabajo de su vecino, y contrató un servicio aéreo para distribuir en toda la finca una semilla de una planta contraría a la ya sembrada en la parcela del lado.

Una noche preparó la nave y esperó la madrugada para realizar el servicio contratado; al comenzar la jornada, el viento comenzó a soplar un poco más fuerte de lo acostumbrado, y en la medida que más avanzaba el viento, también soplaba más fuerte. El terratenientes estuvo un tanto complicado, pero al final pudo realizar su malévola hazaña.

Al cabo de un tiempo, visitó la finca del vecino y descubrió que no había nacido nada de las plantas, mientras comenzaba a ver pequeñas germinaciones. Pues en resumidas cuentas, luego de un tiempo su parcela estaba cundida de una hierba maligna que dañaba su cultivo, así se dio cuenta que la semilla maligna que lanzó al terreno ajeno, cayeron en el suyo.

Comenta con facebook